Primeros meses de SVE de Aurora

La primera vez que oí hablar acerca del SVE fue a raíz de un amigo que fue admitido para irse 10 meses a Suecia.

Yo siempre he sido de viajar, conocer mundo, aprender de gente nueva y nuevas culturas y vivir experiencias y aventuras.

En ese momento me encontraba decidiendo mi futuro, mi destino y mi nueva etapa, y me encaminé a seguir los pasos de mi amigo para realizar un SVE.

Al día siguiente me dirigí al CUC para pedir información. Las chicas me atendieron genial, me explicaron todo con detalle y me animaron a hacerlo.

Desde ese día empezó mi búsqueda de un proyecto. No es algo fácil, ya que existe multitud de destinos y de proyectos y tienes que decidir entre muchas opciones.

Pasé 2 meses buscando organizaciones de acogida, enviando CV y cartas de motivación personalizadas a cada caso.

La mayoría de las veces me contestaban que no buscaban voluntarios; que por el momento buscara opciones para la próxima apertura del plazo. Esto hizo que acaba desanimado y pensando que, tal vez, esa no fuera mi oportunidad.

Pero yo no dejé de insistir: seguía en contacto con el CUC para contarles todos los avances que iba consiguiendo y ellas me informaban de proyectos abiertos a los que solicitaba acceso sin ningún resultado.

Un día llegó mi oportunidad. Buscando en Google proyectos SVE, encontré la organización de acogida 3 floor en Polonia para un proyecto en un centro de día con niños.

Me encantan los niños y, aunque no había pensado en Polonia como destino, empecé a leer sobre la organización. Me gustó su forma de presentarse: no querían CV, no querían carta de motivación; sólo había que rellenar un formulario donde te ponían ejemplos de distintas situaciones y tenias que explicar cómo actuarías en cada caso.

Una vez entregué mi formulario, me empecé a informar de Polonia y quise que fuera ese mi destino: precios baratos, buena comida, ciudades bonitas y cerca de muchos lugares europeos con encanto.

Al cabo de unas semanas, me enviaron un correo electrónico que decía que había sido elegida para una entrevista a través de Skype. Mis nervios estaban a flor de piel y, a la hora de la entrevista, creí que no sería la elegida por mi nivel de inglés y porque la conexión no duró más de 10 minutos. Recuerdo esa entrevista como si fuera ayer.

Me había mentalizado de que ya no solicitaría acceso a ninguna organización más porque ya estaba acabando el plazo y había consumido mucha energía durante meses buscando. “Ya buscaré el año que viene” me decía, “me voy a aprender inglés y así seguro que me va mejor para el próximo año”.

Un día llegué a mi casa, me conecté y abrí mi correo. Allí había un mensaje de la organización con el titulo: “Resultados entrevistas”. Lo abrí y lo leí tan deprisa que tuve que releerlo. ¡Me habían aceptado!

Aunque aún faltaba un paso más, ya estaba aceptada como voluntaria, pero el proyecto tenía que ser aceptado por la agencia nacional.

Así, estuve 2 meses más, esperando a una respuesta positiva, hasta que hace una semana llegó la noticia de que, con total seguridad, me iba a coger un avión el 1 de setiembre para irme a Polonia los próximos 11 meses. ¡Qué felicidad! Era mi destino, era lo que quería y lo había conseguido.

Contacté en seguida con el CUC para contarles la maravillosa noticia y ellas, como siempre tan atentas, me escribieron primero para felicitarme y luego para explicarme los pasos, el papeleo, los consejos y la difusión.

Por ello estoy escribiendo este relato de mi experiencia, para animar a todas aquellas personas que estén pensando en aventurarse en hacer un SVE.

Es una opción genial para viajar, romper con la rutina, aprender un nuevo idioma y no hay necesidad de gastarte dinero. Además, el CUC es un gran apoyo y asesoramiento.

Mi consejo es que os planteéis la idea de iros y, en el caso de saber que es eso lo que realmente queréis hacer, no os desaniméis y seguid buscando, que seguro que alguna oportunidad os llegará. Es un trámite largo, pero cuando lo consigues, sabes que es lo que quieres hacer durante tus próximos meses.

¡Buena suerte, futuros voluntarios!

Aurora Cañellas Massot