Experiencia ERASMUS+
La
beca Erasmus+ del IMEB-Ajuntament de Calvià me ha permitido pasar un
semestre en Salzburgo, Austria. Me ha ayudado a salir de mi zona de
confort, a aprender a adaptarme, a relacionarme en otro idioma y a
hacer amistades alrededor de todo el mundo. Aquí te cuento mi
experiencia, futuro ERASMUS, para ayudarte a dar el salto y vivirlo a
tu manera:
Todo
empieza con ese momento en el que pasas el control de seguridad del
aeropuerto y se te encoge el corazón por todo lo que estás a punto
de vivir. No acabas de creerte todo eso que dicen de que será una de
las mejores experiencias de tu vida, y es normal, pues superará
todas tus expectativas. Bienvenido/a al Erasmus+.
Y
ahí estas tú, con las maletas y las lágrimas todavía corriéndote
por las mejillas, en una ciudad nueva y con un idioma que no
entiendes. Pisas por primera vez las escaleras de tu edificio, la
alfombrilla de la entrada de tu piso y esa habitación de 20 metros
cuadrados que acabarás llamando casa.
Al
principio te cuesta acostumbrarte a tantas caras, nombres raros,
historias y acentos diferentes, pero antes de que te des cuenta, todo
eso pasa a formar parte de tu vida. Conoces a las personas más
extraordinarias que puedan cruzarse en tu camino y un día sabrás
que el motivo por el que aparecieron en tu vida fue para cambiarla.
Tienes amigos de todas las nacionalidades y cambias el concepto de la
amistad, porque va más allá de los años en los que conozcas a
alguien, los kilómetros que os separen y de las veces que os veáis
al año.
Te
frustras al no poder expresarte como quieres y crees que nadie te
entiende, pero tranquilo/a, encuentras a más gente en la misma
situación. Un día sueñas en un idioma distinto y sonríes
profundamente. Algunas palabras pierden todo su sentido en tu lengua
natal, y pasas la mayor parte del tiempo aprendiendo y enseñando
otras.
También
entiendes que el hecho enamorarse adopta diferentes formas, pues no
sólo puedes enamorarte de una persona, sino que también puede ser
de una parte de la ciudad, como de las vistas desde el mirador en el
que pasaste aquella tarde inolvidable con tus amigos, del color verde
que envuelve toda la ciudad y que creías que no existía de verdad,
o del hecho de poder elegir el lago al que ir a nadar el fin de
semana, etc.
Grabas
en tu mente caras, sensaciones, olores, colores e incluso sabores.
Decir
adiós a tus amigos, a la ciudad y a la vida que has creado allí es
difícil. Seguramente es uno de los momentos más duros en la vida, y
tienes la sensación de que no vas a ser capaz de volver a tu rutina
anterior. Sin embargo, a pesar de que echas de menos esos pequeños
detalles y te acuerdas en cada momento de que hacían tu día a día
especial, sabes que una parte de ti es así gracias a lo que
aprendiste, lo que viviste y las personas que conociste allí.
Descubres facetas de ti mismo que no imaginabas ni que existían,
aprendes a conocerte, a quererte y sabes que eres más valiente de lo
que crees.
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